REINO DE ARAGON

Saturday, September 02, 2006

REINO DE ARAGON

El Reino de Aragón nace en 1035, por la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura de Ramiro I.
La legitimidad de la nueva dinastía la logran Sancho Ramírez y Pedro I al poner el reino bajo el amparo de la Santa Sede. Así pasó Aragón a formar parte de los estados occidentales.
La proyección de Ramiro I para la reconquista de la tierra llana se vio sobrepasada con creces por sus inmediatos sucesores.
A principios del siglo XII, Petronila de Aragón, la única descendiente del rey Ramiro el Monje, contrajo matrimonio con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. El hijo de ambos, Alfonso II fue el primer monarca en heredar los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona.
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Véase también
Aragón
Corona de Aragón
Lista de monarcas de Aragón
Tabla cronológica de reinos de España
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CORONA DE ARAGON

Corona de Aragón
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Corona de Aragón

(En detalle)

La Corona de Aragón en el año 1443
Idiomas oficiales
Catalán/valenciano, napolitano y latín mayoritarios. En menor cabida: aragonés, castellano, siciliano, occitano y griego en los respectivos dominios lingüísticos.
Religión
Católica Romana
Capital
Entre Zaragoza, Barcelona, Valencia y Nápoles
Ciudad más grande
Nápoles (150.000 hab.)
Jefes de estado
Rey de la Corona de Aragón
Superficie
cerca de 250.000 km²
Existencia
1164 - 1715
Surgido de
Reino de Aragón y condado de Barcelona
Sucedido por
Absorción por parte de la corona de Castilla tras los decretos de Nueva Planta
La Corona de Aragón englobaba al conjunto de territorios que estuvieron sometidos a la jurisdicción del rey de Aragón, de 1134 a 1714. El nombre se aplica históricamente a partir de la unión dinástica entre el Reino de Aragón y el Condado de Barcelona y sus territorios asociados. Más tarde, por conquistas de nuevos territorios, esta corona incluiría otros dominios: fundamentalmente los reinos de Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles, así como los ducados de Atenas y Neopatria. La denominación Confederación catalano-aragonesa o Corona catalano-aragonesa se ha extendido en la historiografía catalana y es empleado con alguna frecuencia también fuera de Cataluña. El término resulta polémico puesto que algunos historiadores lo consideran incorrecto [1] y lo asocian al nacionalismo catalán.
En las Cortes de Monzón de 1289, el conjunto de los territorios era designado con nombres como "Corona Real", "Patrimonio Real" o "Corona de Aragón y de Cataluña". A partir del siglo XIV se simplificó a "Corona de Aragón", "Reinos de Aragón" o simplemente "Aragón". Petronila tomó el título de "Reina de Aragón" ya que Ramón Berenguer no pudo titularse rey y tomó el nombre de príncipe y dominador de Aragón.
La numeración de los monarcas varía, en función del territorio al que se hace referencia. De ahí que algunos historiadores actuales prefieran hacer uso de los alias para hacer referencia a ellos: Pedro el Católico (Pedro II de Aragón), Pedro el Ceremonioso (Pedro IV), Alfonso el Magnánimo (Alfonso V).
Tabla de contenidos[ocultar]
1 La formación de la Corona de Aragón
2 La expansión de la Corona de Aragón
3 Del cambio de dinastía a la unión dinástica con Castilla
4 Los territorios de la Corona de Aragón en la Edad Moderna
5 La extinción de la Corona de Aragón: la guerra de Sucesión
6 Soberanos de la Corona de Aragón
7 Véase también
8 Enlaces externos
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La formación de la Corona de Aragón
La formación de la Corona tiene su origen en la unión dinástica entre el reino de Aragón y el condado de Barcelona.
Tras la muerte sin descendencia de Alfonso el Batallador el año 1134, durante el sitio de Fraga, su testamento cedía sus reinos a las órdenes militares del Santo Sepulcro, del Hospital de Jerusalén y del Temple. Ante este hecho insólito, los habitantes de Navarra, que en aquel momento formaba parte de las posesiones del rey de Aragón, proclamaron rey a García V Ramírez y se separaron definitivamente de Aragón. En este contexto, los nobles aragoneses tampoco aceptaron el testamento y nombraron nuevo rey a Ramiro II el Monje, que era entonces obispo de Roda-Barbastro. Ante esta situación, Alfonso VII de Castilla aprovechó para reclamar derechos sucesorios sobre el trono de Aragón, mientras que García V manifestaba sus aspiraciones y el Papa exigía el cumplimiento del testamento.
Las pretensiones de Castilla creaban un problema para el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, pues coincidían con la rivalidad entre el condado y el reino de Aragón por la conquista de las tierras musulmanas de la taifa de Lérida. El rey de Castilla Alfonso VII dejó claras sus intenciones cuando en diciembre de 1134 penetró con una audaz expedición en Zaragoza e hizo huir a Ramiro. Sin embargo, esos hechos no acabaron siendo favorables a las aspiraciones del rey castellano, quien finalmente habría de renunciar a sus pretensiones sobre el reino aragonés. Por su parte, Ramiro II, a pesar de su condición de eclesiástico, obtuvo una dispensa y se casó con Inés de Poitiers, matrimonio del que tuvieron una hija, Petronila, en 1136. Ello obligaba a planear el futuro matrimonio de la niña, lo que suponía elegir entre la dinastía castellana o la barcelonesa.
El condado de Barcelona, en aquella época, estaba en manos de Ramón Berenguer IV. Anteriormente, ya había consolidado su supremacía sobre otros condados catalanes como Pallars, Cerdaña, Besalú, Peralada, etc. Al mismo tiempo, se había puesto de manifiesto la potencialidad de la flota catalana, con hechos como la conquista momentánea de Mallorca (1114) o las expediciones llevadas a cabo por los condes barceloneses en tierras moras de Valencia, siendo frustradas sus intenciones por la intervención de Castilla, personificada por Alfonso VI y el Cid (derrota de Berenguer Ramón el Fraticida en Tevar). Al mismo tiempo, se iniciaba una política de alianzas ultrapirenaicas que culminarían en la unión de Barcelona y Provenza por el casamiento de Ramón Berenguer III con Dulce de Provenza.
Alfonso VII presentó la candidatura de su hijo Sancho, futuro Sancho III de Castilla, pero la nobleza aragonesa acabó eligiendo a la Casa de Barcelona, con la que se negociaron detalladamente los términos del acuerdo, por los cuales Ramón Berenguer IV recibiría el título de "príncipe" y "dominador" de Aragón. Se especificaba que si muriese la reina Petronila antes que Berenguer, el reino no quedaría en manos del conde hasta después de la muerte de Ramiro. Además, el Reino sí iria a manos de Berenguer si Petronila moría sin descendencia, o tenía sólo hijas, o hijos varones pero estos moriían sin descendencia.
Ramón Berenguer pacta con el rey aragonés Ramiro Y yo el rey Ramiro sea rey , señor y padre en mi reino de Aragón y en todos tus condados mientras me plazca, entregando a la Corona de Aragón todos sus dominios a cambio del título de Príncipe de Aragón. En 1162, el hijo de Ramón Berenguer y Petronila , Alfonso II de Aragón se convertiría el primer rey de la Corona y tanto él, como sus sucesores, heredarían los títulos de "rey de Aragón" y de "conde de Barcelona". Ramiro expresó por escrito que los títulos debían estar en ese orden.
La entidad resultante fue una mera unión dinástica, pues ambos territorios mantuvieron sin modificaciones sus propias instituciones políticas. Del mismo modo, los territorios anexionados posteriormente por la política expansionista de la Corona, crearían y mantendrían separadas sus propias instituciones. Sin embargo, con el paso del tiempo sería cada vez conocido como "Corona de Aragón", no porque ello obedeciera a una hegemonía de un territorio sobre el otro, sino por el orden jerárquico de los títulos nobiliarios, según el cual el de "rey" precede al de "conde", y ese orden favorecería la forma final de su denominación. A pesar de la incorporación de nuevos reinos, el título de "rey de Aragón" siempre ocuparía el primer lugar.
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La expansión de la Corona de Aragón

Armas de Aragón y Sicilia
Durante el gobierno de Ramón Berenguer IV y Petronila, fueron conquistadas las ciudades de Tortosa, Lérida, Fraga, Mequinenza, además de la sierra de Prades, Siurana, Miravet... Más tarde, bajo el reinado de Alfonso II de Aragón, con los tratados de Tudellén (1151) y Cazorla (1179), la Corona fijaba su línea de expansión peninsular sobre los reinos musulmanes de Valencia y Denia.
Durante el reinado de Jaime I, tuvo lugar la conquista de Mallorca y del reino de Valencia, a lo largo de la primera mitad del siglo XIV. Culminada la conquista del antiguo reino de Denia hasta Biar, límite acordado en el tratado de Cazorla, las tierras levantinas no fueron incorporadas a Cataluña o Aragón, sino que constituyeron un nuevo reino, el de Valencia, que adquiriría Cortes propias, fuero propio (los Fueros de Valencia) y mantendría una dualidad lingüística entre los territorios más cercanos a la costa (habla catalana en su variante valenciana) y los del interior (habla aragonesa). Asimismo, tras la muerte del Conquistador, su testamento daría lugar al reino de Mallorca, que heredaba su hijo Jaime y que incluía las islas Baleares, los condados de Rosellón y Cerdaña y el señorío de Montpellier. Este reino de Mallorca resultaría políticamente muy inestable y seria finalmente anexionado nueva y definitivamente a la Corona por Pedro el Ceremonioso.
Desde finales del siglo XIII se inicia también la expansión de la Corona sobre el Mediterráneo. Jaime II retuvo el dominio conseguido por Pedro III de Aragón de la corona de Sicilia, aunque hasta el siglo XV se mantendría bajo el dominio de una rama secundaria de la dinastía. También Jaime II recibió la investidura de Cerdeña, que conquistaría en 1324 y supondría un duro esfuerzo de dominio a lo largo de los años siguientes. Asimismo, prolongó hacia el sur los límites del reino de Valencia, que mediante la Sentencia Arbitral de Torrellas (1304) alcanzarían los límites definitivos.
Se crea el Llibre del Consolat de Mar, un código de costumbres marítimas. Además, se fundan diversas compañías marítimas, como la grandes compañías catalano-aragonesas (Magnas Societas Cathalanorum), gracias a las cuales, en 1380 se conquistarían territorios como los ducados de Atenas y Neopatria, que quedarían bajo la soberanía de Pedro el Ceremonioso durante cierto tiempo.
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Del cambio de dinastía a la unión dinástica con Castilla
Tras la muerte de Martín el Humano, la Corona se vio abocada a un periodo de interregno, pues falleció sin haber nombrado sucesor. En ese contexto aparecieron cuatro candidatos al trono: el infante Federico, Luís de Anjou, Jaime de Urgel y Fernando de Antequera. La dificultad de las instancias dirigentes de Aragón, Cataluña y Valencia para ponerse de acuerdo evidenció una grave división en el seno de la Corona, que evolucionaría de manera favorable a Fernando de Antequera, representante de la dinastía castellana de los Trastámara. Ayudaron a ello la riqueza del candidato, su habilidad política y la actuación del papa Benedicto XIII, que en pleno Cisma de Occidente optó por promover al candidato castellano para asegurarse el apoyo de la Corona de Aragón y de Castilla. De este modo, mediante el Compromiso de Caspe de 1412, Fernando fue nombrado monarca de la Corona. La nueva dinastía persistiría en la política expansionista, de manera que su sucesor, Alfonso V, conquistaría el reino de Nápoles en 1443.
La boda entre Fernando el Católico e Isabel la Católica y la alianza consiguiente permitió que los castellanos apoyasen la política expansionista de Aragón en el Mediterráneo, al tener una política exterior común. El duque de Alba anexó el reino de Navarra a la corona de Aragón en 1512. Sin embargo en 1515 Navarra fue cedida a Castilla.
A pesar del matrimonio de los Reyes Católicos de 1469, ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y se mantuvieron las cortes, las leyes, las administraciones públicas y la moneda, aunque unificaron la política exterior, la hacienda real y el ejército. Reservaron para la Corona los temas políticos, y actuaron conjuntamente en política interior. La unión efectiva de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra se hizo bajo el reinado de Carlos I, que fue el primero en adoptar, junto a su madre Juana. el título abreviado de Rey de las Españas y de las Indias.
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Los territorios de la Corona de Aragón en la Edad Moderna

Constituciones catalanas basadas en los antiguos Usatges de Barcelona
La integración de los territorios de la Corona en la nueva monarquía estuvo marcada por el poder hegemónico de Castilla en el interior de la Corona. Su articulación tuvo lugar fundamentalmente a través de dos instituciones: el Consejo de Aragón y el virrey. El Consejo Supremo de Aragón era un órgano consultivo de la corona creado en 1494, a raíz de una reforma en la cancillería real realizada por Fernando el Católico, que desde 1522 estaría integrada por un vicecanciller y seis regentes, dos para el reino de Aragón, dos para el reino de Valencia y dos para el Principado de Cataluña, Mallorca y Cerdeña. Por su parte, los virreyes asumieron funciones militares, administrativas, judiciales y financieras.
Los conflictos se sucedieron a lo largo de los siglos modernos, hasta la Guerra de Sucesión. En 1521 tenían lugar las Germanías, un movimiento surgido en Valencia entre la incipiente burguesía, que se extendió hasta 1523. En Mallorca tuvo lugar en los mismo años otro movimiento similar, dirigido por Joanot Colom. La derrota final de los agermanados supuso una fuerte represión y la reafirmación del dominio señorial. Ya durante el reinado de Felipe II, tuvo lugar la prohibición a los súbditos de la Corona de Aragón de estudiar en el extranjero, frente al riesgo de contagio calvinista (1568). Asimismo, en 1569, todos los diputados de la Generalitat de Cataluña eran encarcelados bajo la acusación de herejía, en el marco de la disputa por el pago del impuesto del excusado. En 1591, tuvieron lugar las "turbaciones de Aragón", generadas cuando el exsecretario del rey, Antonio Pérez, condenado por la muerte del secretario de don Juan de Austria, se refugió en Aragón y el monarca transgredió todas los privilegios aragoneses para apresarlo e incluso hizo ejecutar al Justicia Mayor de Aragón.
Durante el siglo XVII, las tensiones fueron bastante mayores. Las necesidades financieras de los monarcas les condujeron a intentar aumentar por todos los medios la presión fiscal sobre los territorios de la Corona de Aragón, cuyas constituciones garantizaban importantes protecciones frente a ellas. Tras entrar en guerra la corona con Francia en 1635, el despliegue de los tercios sobre Cataluña generó graves conflictos que desencadenaron en la Guerra de los Segadores en 1640. Así, la Generalitat de Cataluña, planteando primero la formación de una República catalana, acabó por reconocer a Luis XIII de Francia como conde de Barcelona. El conflicto fue finalmente superado con la Paz de los Pirineos (1659), por la cual el condado del Rosellón y la mitad norte del condado de la Cerdaña pasaban para siempre a dominio francés y Francia devuelve a España el condado de Barcelona. A finales del siglo, en 1693 estallaría también en Valencia la Segunda Germanía, un alzamiento campesino y antiseñorial, en torno a la partición de las cosechas.
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La extinción de la Corona de Aragón: la guerra de Sucesión
A pesar de la gravedad del conflicto de los Segadores, Cataluña y el resto de territorios de la Corona preservaron sus fueros, instituciones propias, y autonomía política. Sin embargo, los sucesos posteriores a la proclamación de Felipe V como heredero de Carlos II marcarían el final del modelo institucional que los había caracterizado desde el siglo XII.
Cuando Carlos II murió y dejó finalmente como heredero a Felipe de Anjou, Felipe V, se formó en Europa la Gran Alianza de la Haya, entre Inglaterra, las Provincias Unidas y Austria, que no aceptaba la instauración de la monarquía borbónica en España y apoyaron las aspiraciones de otro aspirante, el archiduque Carlos de Austria. Jurado inicialmente como rey por las cortes catalanas (1701-1702) y aragonesas, en 1705, la fuerza de los partidarios del archiduque y los conflictos con el virrey Fernando de Velasco supusieron un nuevo alzamiento en armas de los catalanes, que apoyados por una flota inglesa, permitieron la entrada triunfal de aquel en Valencia y Barcelona. El año siguiente, el 1706, Carlos era proclamado rey en Zaragoza y en el reino de Mallorca. Sin embargo, los aliados no se vieron apoyados en su avances sobre Castilla, que les llevó a retirarse al reino de Valencia. La reacción bélica de Felipe V en el año siguiente supuso la conquista del reino de Valencia, tras la batalla de Almansa (24 de abril de 1707). Lo mismo sucedió con Zaragoza y el reino de Aragón, que fueron tomadas rápidamente. Tras ello, Felipe de Anjou firmó los Decretos de Nueva Planta con los que suprime los fueros, el derecho civil, y las fronteras arancelarias de dichos reinos. Una nueva penetración de los aliados en Castilla en 1710, a pesar de su entrada en Zaragoza y Madrid, no le sirvió tampoco para consolidar sus posiciones y les obligó a abandonar Aragón. En septiembre el archiduque se marchó de Barcelona y mediante el tratado de Utrecht de 1713, las tropas aliadas dejaron progresivamente Cataluña. El 11 de septiembre de 1714 fue tomada Barcelona y en 1715 la isla de Mallorca.
El triunfo borbónico fue seguido de una radical remodelación del sistema político de los reinos de la corona, asimilándolos al régimen de Castilla mediante los Decretos de Nueva Planta. Se situó al frente del territorio a un capitán general, un sucesor del antigo virrey que ya no se sometería a las leyes propias. Los intendentes pasaron a controlar el sistema finaciero y hacendistico, donde se aglutinaron los tradicionales ingresos de la Corona, los antiguos impuestos de las diputaciones del general y los nuevos impuestos aplicados para equiparar la carga fiscal de los territorios conquistados a la de los castellanos. La Nueva Planta trajo también la supresión de las autonomías municipales, de todo tipo de asamblea municipal, la designación de todos los cargos por autoridad real y la sustitución de las unidades administrativas por corregimientos. El castellano pasó a ser el único idioma oficial de todo el reino, resultando ser un importante perjuicio para el catalán,valenciano, ya que hasta entonces era oficial en Valencia, Cataluña, y Mallorca. Todo este conjunto de reformas suponía la homogenización de Castilla y Aragón en el marco de un nuevo estado absoluto casi centralizado (sólo el Valle de Arán, las provincias vascongadas y Navarra, partidarios de Felipe de Anjou, mantendrían sus particularidades).
Los reyes de la casa de Borbón siguen empleando en sus títulos, entre muchos otros, los de rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, Conde de Barcelona, Señor de Molina, etc.. y, al igual que los Austrias, la forma abreviada de Rey de las Españas y de las Indias.
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Soberanos de la Corona de Aragón
Casa Real
Aragón
Cataluña
Valencia
Mallorca
Cerdeña
Sicilia
Nápoles
Casa de Barcelona
Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón (1137-1164)
Alfonso el Casto o el Trovador (1164-96)
Pedro el Católico (1196-1213)
Jaime el Conquistador (1213-76)
Pedro el Grande (1276-85)
Jaime II de Mallorca (1276-1285)

Alfonso el Franco (o el Liberal) (1285-91)
Jaime el Justo (1243-1311)
Jaime el Justo (1285-1327)
(1285-1295)


Jaime II de Mallorca (1295-1311)
Federico III de Sicilia (1296-1336)
Sancho I de Mallorca (1311-1324)
Alfonso el Benigno (1327-36)
Jaime III de Mallorca (1295-1311)

Pedro el Ceremonioso (1336-87)
Pedro II de Sicilia (1337-1342)
Luis de Sicilia (1355-1377)
María de Sicilia (13771401)
Juan el Cazador(1387-96)
Martín el Joven (1395-1409)
Martín el Humano (o el Eclesiástico) (1396-1410)
Interregno - Compromiso de Caspe
Casa de Trastamara
Fernando de Antequera (1412-1416)
Alfonso el Magnánimo (1416-1458)
Juan II de Aragón (1458 - 1479)
Fernando I de Nápoles (1458-1494)
Fernándo el Católico (1479-1516)
Fernando II de Nápoles, o el Fernandito (1495-1496)
Federico IV de Nápoles (1496-1501)

(15041516)
Casa de Austria
Carlos I de Aragón (1516-1556)
Felipe I de Aragón (1556-1598)
Felipe II de Aragón (1598-1621)
Felipe III de Aragón (1621-1665)
Carlos II de Aragón (1665-1700)
Desaparición de la Corona de Aragón
Guerra de Succesión entre Felipe de Anjou y el Archiduque Carlos de Austria (1702-1715)
Felipe IV de Aragón (1700-1746).Los territorios de la Corona de Aragón, pierden sus fueros y privilegios por los Decretos de Nueva Planta y pasan a regirse por la leyes de Castilla.
Emperador Carlos VI (en Cerdeña hasta 1720, Sicilia hasta 1734, y Nápoles hasta 1735)
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Véase también
Historia de Aragón
Historia de Cataluña
Historia de la Comunidad Valenciana
Islas Baleares
Rosellón
Cerdeña
Montpellier
Carlades
Omelades